Desgarro muscular: síntomas, primeros auxilios y tratamiento
Índice
¿Cómo se origina un desgarro muscular?
Síntomas según severidad (grados)
¿Cómo prevenir un desgarro muscular?
Tratamiento de desgarro muscular
¿Se necesita intervención quirúrgica?
Las lesiones en los músculos —como el desgarro muscular — son problemas comunes en la Medicina deportiva; por lo general son mal conocidas y peor tratadas. Acorde a lo reportado en la literatura médica, dichas lesiones ocupan entre el 10% y 30% de todas las habidas en el deporte.
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Tipos de lesiones en músculos
El cuerpo humano posee más de trescientos músculos bien definidos los cuales constituyen el 40% o más del peso corporal. Estos pueden lesionarse por golpe o traumatismo directo (impacto) o traumatismos indirectos (habitualmente sobrecarga). Las resultantes son dos tipos de lesiones. Por un lado las rupturas (comúnmente llamados “desgarros” o “desgarres”) y los hematomas (colección sanguínea).
Una ruptura o desgarro muscular puede ser de dos tipos: parciales o totales. Por su parte, los hematomas se clasifican acorde a su localización inter o intramusculares y precisan diferencias en el tratamiento y pronóstico en ambos tipos.
¿Cómo se origina un desgarro muscular?
El desgarro muscular es consecuencia de una contracción muscular anómala. Dicha anomalía ésta asociada a múltiples factores que predisponen a esta lesión, entre los más frecuentes tenemos:
- Calentamiento insuficiente
- Deshidratación y pérdida de electrólitos
- Acumulación de productos metabólicos de desecho
- Incoordinación entre los músculos agonistas y antagonistas de la región ejercitada
- Falta de elasticidad
- Mala biomecánica muscular
- Contusiones directas
- Resaca
- Fatiga muscular
Síntomas según severidad (grados)
Dichas lesiones pueden tener varias severidades las cuales se clasifican en tres grados:
GRADO I: cursan con dolor local, que aumenta con la movilidad y la tensión del músculo, se presenta una muy leve pérdida de fuerza. También se genera ligera inflamación con un cambio en la coloración de la piel local que corresponde a una equimosis (debido a la ruptura de capilares de la zona de lesión). El estimado de cantidad de daño de ruptura es inferior al 5% del tejido muscular, aunque algunos autores llegan a considerar hasta menos del 30%. Por último, se presenta sensibilidad anormal. Es importante recordar que esta lesión puede ser muy molesta para el deportista y puede agravarse si no se mantiene reposo de ese músculo.
GRADO II: cursan con las mismas características clínicas, pero con síntomas moderados y deterioro de la función muscular. La lesión puede romper entre un 30% a 60% del grupo muscular.
GRADO III: presentan mayor severidad con pérdida importante de la función y se detecta un defecto en la integridad de la estructura muscular en una sección completa del músculo. Adicionalmente, se caracteriza por un dolor agudo y punzante en el momento de la lesión, además de una hipertonía muscular. La equimosis es más severa y extensa, se presenta un mayor edema y esta puede depositarse generando una complicación a futuro si no es tratada correctamente.
¿Cómo prevenir un desgarro muscular?
No hay una sola estrategia para prevenir cualquier desgarro muscular, debido a que existen múltiples causas. Lo que debemos realizar para evitarlos, en medida de lo posible, es lo siguiente:
- Indumentaria adecuada a cada deporte
- Calentamiento de 10 a 15 minutos
- Buena preparación en fuerza y elasticidad
- Correcta alimentación e hidratación
- Descanso de por lo menos 8 horas de sueño
- Trabajar los diversos grupos musculares en días alternos para no llegar a la fatiga
Primeros auxilios
Se deben de seguir cuatro pasos elementales para una buena evolución del desgarro muscular.
1. Inmovilización con vendaje elástico
La inmovilización se logra con la colocación de un vendaje de tipo compresivo que limite el movimiento y sangrado de la zona lastimada. De esta manera le damos el descanso que requiere la zona para una rápida vuelta al ejercicio.
2. Crioterapia
La crioterapia consiste en la aplicación de hielo de forma indirecta, es decir, interponer una toalla húmeda entre el hielo y la piel del sujeto con la intención de evitar una quemadura por frío. Dicha aplicación debe ser de forma continua por 20 minutos y repetirlo tres o cuatro veces en el día.
3. Compresión
La compresión se aplica con el vendaje colocado previamente, el cual tiene como objetivo limitar la inflamación y disminuir el dolor.
4. Elevación (extremidades inferiores)
Por último, la elevación en la zona afectada en el caso de que sea la extremidad inferior se usa para mejorar el retorno venoso y disminuir la inflamación.
Tratamiento de desgarro muscular
El tratamiento para el desgarro muscular se enfoca en manejo de dolor e inflamación y en la funcionalidad del músculo. La intención es regresar a los pacientes a su actividad normal lo más pronto posible, pero con la garantía de que están en completas facultades para ejercitarse.
El tratamiento se puede dividir en tres objetivos:
- Manejo dolor e inflamación
- Reeducación corporal
- Fortalecimiento general y especial
Son muy variadas las técnicas para lograr lo anterior. Se emplean aparatología como TENS, EMS, presoterapia, láser, ultrasonido, onda corta, magnetoterapia, etc. Todas estas deben ser usadas e indicadas por su médico tratante.
Seguido de la reeducación y fortalecimiento muscular por medio de ejercicios isométricos, con equipo de ligas, pesas y trabajo con peso corporal.
¿Se necesita intervención quirúrgica?
Es importante decir que si se trata de un desgarro muscular de tercer grado muy probablemente —para evitar secuelas— se requerirá de un proceso quirúrgico a la brevedad y este deberá ser valorado por su médico de confianza.
Regreso a la actividad física
El regreso a la actividad dependerá del tratamiento empleado el cual durará de tres a doce semanas, cuando la fuerza esté recuperada al cien por ciento.