Body positive: ¿promueve o no la obesidad?
Índice
La obesidad: un problema multifactorial
Pros y contras del body positive
Importancia de respetar los cuerpos ajenos
A pesar de que en la actualidad ya ha habido un avance en relación con la imagen corporal, a través de campañas publicitarias con más diversidad e información al respecto, la batalla continúa. En este artículo analizaré el movimiento del body positive.
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La cultura de las dietas
Aún existe una gran desinformación acerca de ciertos grupos de alimentos, el peso corporal y el impacto psico-emocional de los estereotipos de belleza. Esto se sigue promoviendo a través de todos los medios de comunicación, desde la televisión, la radio y todas las redes sociales, con mensajes constantes en relación con el peso ideal, las nuevas tendencias alimentarias, imágenes constantes de cómo deberíamos vernos, etc. Esa presión social y mediática —aunque se pudiese inferir que es tanto para hombres como para mujeres— desafortunadamente continúa afectando más a la población femenina.
Este tema es algo que nos afecta a todos de cierta forma. Hay toda una cultura pro-dietas, pro-estándares de belleza, en donde se normalizan varias conductas alimentarias dañinas y estéticas. Estas afectan a la salud psicológica, emocional y física de las personas. Así, se vende la idea que cuando te veas de cierta manera vas a ser “feliz”, “merecedor de amor o aceptación”, lo que es totalmente falso.
Afortunadamente, más especialistas de la salud, como nutriólogos, psicólogos y médicos se están formando para combatir a la cultura de dieta y romper con todos los estigmas y tabúes que esta engloba. Asimismo, varias celebridades y marcas reconocidas se están sumando a este movimiento llamado “body positive”.
¿Qué es el body positive?
El body positive es un movimiento que busca visibilizar la realidad del cuerpo de las personas. Comienza en 1967, con una campaña contra la discriminación de las personas obesas y la lucha por sus derechos. De ahí se empezó a extender a todas las personas en general, con discapacidad, con cicatrices, quemaduras, personas transgénero, etc.
Mi cuerpo, mis reglas
Este promueve la aceptación de nuestro propio cuerpo, con el lema de “Mi cuerpo, mis reglas”. El objetivo principal es luchar contra los estándares de belleza dañinos que se han impuesto por la sociedad durante años, liberar a las personas de los complejos a los que están atados y comenzar a hablar sin miedo de ellos.
Foto: Lauren Perlstein.
La idea principal es el de establecer que todos tienen el derecho al respeto independientemente de cómo se vean, algo que es un derecho humano por naturaleza. Una persona puede no cumplir con los estándares de belleza que le exige la sociedad y eso no significa que se le tenga que atacar y agredir. Al final, lo que se busca es ayudar a las personas a superar sus conflictos con su apariencia para vivir una vida plena y feliz.
Aceptar NO es promover
Este movimiento ha creado un gran revuelo, ya que muchas personas creen que el promover la aceptación física e individual, es promover la obesidad, pero esto no puede estar más alejado de la realidad. Habrá personas que difieran de esto, pero hay un componente realmente importante cuando se trabaja la aceptación; la culpa disminuye significativamente y como resultado, disminuyen las conductas compensatorias de los trastornos alimentarios —como los atracones, los laxantes, el inducirse el vómito— e inicia un proceso de amor propio.
Más allá de que la persona busque reducir peso por cumplir con los estándares de belleza o por los ataques constantes, se mejora la relación que se tiene con la comida, se sanan traumas que han desencadenado los problemas de conducta alimentaria, disminuye esta ansiedad al comer o al restringir ciertos alimentos y se modifica la idea de que hay comida buena y mala, peso bueno y malo. Inicia un proceso en el que entiendes que tú ya vales por quien eres y no hasta que te veas de cierta forma o tengas cierto puesto o algo en específico. Tú vales y eres digno de respeto y amor por el simple hecho de ser persona.
Aceptación de la realidad
Tanto mujeres como hombres, no somos perfectos y eso es lo que nos hace humanos. Todos de alguna forma tenemos cicatrices, manchas, pecas, estrías, celulitis, acné, etc. y esa es la realidad. La mayoría de las imágenes que vemos en redes sociales cada día, están retocadas. Por el contrario, cada vez se están sumando más personas a favor del body positive, para que dejen de retocar sus fotografías y se deje de vender una idea errónea de la realidad.
Conductas dañinas en la cultura del consumo
El movimiento sostiene la idea de las bellezas múltiples, lo cual es totalmente cierto, ya que ninguno de nosotros somos iguales. ¿Por qué tratar de encajar todo el tiempo en un mismo molde? A la larga esta sensación de no encajar en el molde que nos venden como “el ideal” nos deja cansados emocionalmente y con la idea de que no somos suficientes o no valemos hasta que no nos veamos de cierta forma, entremos en cierta ropa o no pesemos cierto número. Si lo analizamos, todo esto vende y muchas industrias se ven beneficiadas al respecto. El no quererte y no aceptarte, genera que consumas en exceso lo que sea con el propósito de tener el estatus que buscas.
¿Qué es la gordofobia?
Hoy en día hay un sinfín de comentarios en contra de las personas con sobrepeso u obesidad, desde “dietas milagrosas” hasta bromas ofensivas. En la actualidad, se ha empezado a utilizar más el concepto de “gordofobia” y muchos se preguntarán “¿qué es?”
La gordofobia es una idea interiorizada —en ocasiones inconsciente— que lleva a discriminar, objetivizar y minusvalorar a las personas con sobrepeso u obesidad. Principalmente las personas más afectadas son mujeres.
Desde siempre, nos bombardean con esta idea de que lo “normal” y lo “bello” es ser delgado. Lo vemos en películas, revistas, redes sociales, televisión, etc. y nos venden la idea de ese estereotipo de belleza, ese “molde ideal” al que todos debemos aspirar, el mensaje oculto siendo, “si no te ves así, estás mal”.
Discriminación social
Aunque cada vez se suman más personas a la lucha contra estos estigmas en relación al cuerpo y a la salud, culturalmente es algo que tenemos muy arraigado. Comentarios como “eres muy bonita, lástima que estás gordita”, “si estuvieras delgada estarías más linda” o “qué te sucerdió”, entre muchos otros, hacen ver a la persona como si lo único que lo hace valiosa es su peso y el cómo se ve, teniendo un impacto significativo en su vida entera.
Por lo general, las personas gordas o con sobrepeso están asociadas a la falta de autoestima, dificultades para vivir una sexualidad satisfactoria y a la necesidad de llamar la atención esforzándose en exceso. Vistas a través de la gordofobia, estas personas son percibidas como individuos desesperados, que aceptarán cualquier tipo de trato. Desafortunadamente, están más expuestas a actos de agresión físicas, verbales y psicológicas.
La hostilidad no ayuda
En una investigación realizada en el 2007 sobre la relación entre alimentación, salud y obesidad, se registró que en todos los estratos sociales la obesidad está mal vista, tanto por cuestiones estéticas como por cuestiones de salud. Si bien, podemos acordar que la obesidad es un problema grave de salud en la actualidad y como tal, hay que prevenirla y disminuir sus riesgos, esto no significa que como sociedad debamos de atacar a la persona que lo padece. En lugar de promover su salud, generamos el efecto contrario.
La obesidad: un problema multifactorial
Debemos de entender que el problema de la obesidad es mucho más complejo que solo un tema de peso o físico. Es un abordaje multidisciplinario, ya que en muchas ocasiones estamos hablando de un problema hormonal, de trauma psicológico o de alguna otra anomalía médica y cultural, no es solamente un problema de alimentación.
¿Por qué el IMC se queda corto?
Hay una nutrióloga que admiro bastante y que está luchando contra estos estigmas. Se llama Victoria Lozada (@nutritionisthenewblack) y habla acerca de la OMS, el IMC (índice de masa corporal), las dietas y la gordofobia y plantea los siguiente:
“El IMC es creado por Adolphe Quetelet (matemático y estadístico) que estudiaba hombres blancos, europeos en 1835. Esto, se usa para medir grupos estadísticos y mide apariencia física; no mide grasa, músculo, salud mental, descanso, etc. Resulta que se usa el IMC por los nutriólogos para todo. La obesidad es una categoría del IMC, y con eso, se vuelve patológico a un tipo de tamaño de cuerpo, sin estar viendo la salud como un concepto que implica algo más que la apariencia física. La OMS y A.M.A (Asociación Médica Americana) clasifican la obesidad como una enfermedad. Esto es verdad, sin embargo se comenta que dentro de ese mismo panel de expertos hubo posturas que estuvieron en contra de denominarlo así, pero se hizo de igual manera”.
Algo que es totalmente cierto es que en nuevas investigaciones las estrategias para prevenir y revertir la obesidad son totalmente absurdas. Las cifras siguen en aumento, por lo que hay varios factores que no se están tomando en cuenta para combatirla. La nutrióloga Victoria Lozada, hace un ejemplo que me pareció importante compartir: “Culpar al peso como único factor de las enfermedades metabólicas, es como decir que el cáncer de pulmón es por solo tener “dientes amarillos” porque es lo que vemos.”
Diversidad de causas
Lo importante aquí es no olvidarnos que estamos tratando con personas. Ver a la persona solo por su IMC, sesga mucho el acercamiento que vas a tener y la deshumaniza. Aparte no se están observando las condiciones en las que vive, nivel de estrés, estigma, acceso a salud, actividad física, trauma psicológico, autoestima, entre muchas otras.
Icono del movimiento Body Positive.
Si bien, el cambio de hábitos es importante, entender que el estigma alrededor del peso puede ser más perjudicial que el peso en sí, es elemental. No solo para las personas con obesidad sino para toda la población en general. Desde esos estigmas y cultura, todos empezamos a generar nuestra relación con la comida. Aún en cuerpos “socialmente aceptados” y asociados con bienestar, suele haber conductas tan dañinas que están afectando la salud de la persona de manera significativa. Sin embargo, como no se ven y lo único que se aprecia es un cuerpo esbelto, la gente cree que eso es salud cuando es todo lo contrario.
Pros y contras del body positive
Empecemos con la vulnerabilidad que todos tenemos. De cierta manera, todos tenemos este sentido de pertenencia, ya que somos seres sociales. Este se ve afectado cuando el mensaje constante que recibimos por todos lados es “tú no eres suficiente”, “sé más flaca”, “sé menos flaca”, “sé más alta, pero no tan alta”, entre muchos otros. Esto provoca una sensación de que realmente hay algo malo con nosotros. ¿Cómo crees que es vivir así entonces? cuando estás siendo atacada o atacado por todo tu entorno, desde los medios de comunicación, tu familia, amigos, etc.
Es muy difícil desarrollar este escudo contra las críticas y ataques constantes, más siendo jóvenes. Desafortunadamente, las consecuencias pueden ser atroces, desde trastornos de la conducta alimentaria, depresión, ansiedad, autolesiones, consumo de sustancias hasta suicidio.
Las ventajas del body positive:
– Diversidad: esto va a generar más sentido de pertenencia. Que las personas se puedan identificar con otros como ellos y que más allá de sentirse como bichos raros, puedan aceptar quiénes son y crear una mejor relación consigo mismos y su entorno.
– No bullying: cuando una persona está lejana de verse de manera “ideal”, genera que la sociedad la o lo rechace por verse o ser diferente. Al fomentar el body positive, se va a promover el respeto a las diferencias e imperfecciones, sin la necesidad de atacar o rechazar a alguien por no cumplir con los estándares sociales.
– Mejora de autoestima y autoconcepto: de acuerdo con este movimiento, ya no habrá motivos para sentirte atacado, rechazado o como si algo estuviera mal contigo. Eres quien eres y está bien serlo.
– Es solo un cuerpo: el aceptar que eres más que un cuerpo, que una cicatriz, que una prótesis, que acné, hará que puedas sentirte pleno o plena sin reducir tu valía a solo eso. Tus características físicas, una condición médica o tu orientación sexual no determinan quién eres, ni cuánto vales.
– Visibilizar: se está dando voz e imagen a las personas que ya existían, pero que estaban olvidadas y discriminadas por su composición corporal. Esto no quiere decir que se esté promoviendo la obesidad, sino que sin importar el cómo se ven tienen derecho a tener acceso a ropa de su talla y de moda, a un lugar en la sociedad, etc.
Las desventajas del body positive:
- – La desinformación: muchas personas suelen creer que al promover la aceptación se está normalizando el sobrepeso o la obesidad, cuando no se trata de ello ni de llegar al otro extremo. Es amarte por quien eres y a través de ese amor propio, empezar a hacer modificaciones en tus hábitos para generar un bienestar integral, tanto físico, como psicológico y médico.
- – La mala compresión del movimiento: entender que por aceptarte como eres te tienes que dejar ir. Algo que mucha gente no entiende aún del body positive, es que el aceptarte como eres es como cuando aceptas a tu mejor amigo o amiga. A pesar de sus defectos la quieres o lo quieres como es y esto no significa que le vas a permitir todo hasta por encima de ti y tu bienestar. Pasa lo mismo con tu cuerpo, te aceptas como eres y no te dejas definir por un número en la báscula o una talla en tu ropa. Por ende, empiezas a tener una mejor relación contigo misma(o) y te empiezas a cuidar, no por ansiedad o por búsqueda de la aceptación de los demás, sino por ti y tu salud. Por esto es importante diferenciar que el comer saludable no necesariamente representa tener una buena relación con la comida. Hay personas que restringen tantos sus alimentos por esta presión de la cultura de dieta y por este miedo a engordar, por lo que su relación con la comida sigue siendo dañina a pesar de “comer saludable”, lo que tampoco es sano.
¿Cómo empezar a aceptarme?
Si realmente quieres empezar a mejorar tu relación contigo mismo(a), quieres empezar a hacer hábitos más sanos por ti y para ti. Créeme que serás capaz de lograrlo. No te mentiré: no es fácil. Llevamos automatizando conductas por (inserta tu edad aquí), por lo que en un día o una semana no se va a cambiar… y está bien.
1. Acepta tu historia, conócela realmente. Acepta tus cicatrices y vivencias.
2. Date la oportunidad de vivir tu proceso. Acepta cualquier emoción que sientas, no hay emociones buenas o malas, todas tienen una función.
3. Empieza a reconocer, quién eres, más allá de lo que tú has calificado como defectos, más allá de tu peso, de tu acné, tus cicatrices, etc.
4. Déjate sentir, es válido estar enojada(o), triste, etc.
5. Agradece por las cosas que tienes y te gustan y por las que no te gustan. Observa qué te están enseñando, qué puedes obtener de ahí que sea positivo.
6. Dedícate cinco minutos en la mañana, para verte en el espejo y reconocer que sí te gusta de ti. De lo que no te guste, pregúntate, ¿es algo que puedo cambiar? Si la respuesta es sí, ¿qué puedo hacer para modificarlo? Si la respuesta es no, ¿cómo puedo hacer que esa parte me empiece a gustar?
7. Elimina de tu vida todo aquello que te haga sentir que tú no eres suficiente, que no vales. Pueden ser desde personas en redes sociales o en tu vida personal, como pensamientos o ideas que tú te has permitido creerte.
8. Date la oportunidad de reinventarte, desde la compasión y el amor hacia ti.
Importancia de respetar los cuerpos ajenos
Empecemos por, no hagas lo que no te gustaría que te hicieran. ¿Quién le ha dado el derecho a los otros de opinar sobre cómo es que alguien se debe ver y debe de ser?
El respeto genera aceptación y esa aceptación da como resultado una red de apoyo más fuerte. Al final es entender que el respetar a todos por igual, es algo que nos beneficia. Todos tenemos cicatrices e inseguridades, que a lo mejor algunas son “socialmente aceptadas”. Esto es lo que tenemos que empezar a cambiar. Hay tantos estigmas y tabúes alrededor del peso y la imagen corporal cuando no nos hemos detenido a pensar que la delgadez no es sinónimo de estar saludable. Hay varias personas que tienen una composición corporal socialmente aceptada, pero que si ves realmente sus hábitos, te das cuenta que están lejos de lo sano.
Otro punto importante es que urge dejar de reducir el valor o la belleza de una persona, a una sola característica de ella. En este caso es el peso, pero podría ser cualquier otra. Como seres humanos somos más que una sola cosa, más que una cara, más que un cuerpo, tus cicatrices, la celulitis, tu acné. Somos por lo que damos, por nuestros valores, por lo que dejamos en las personas que nos rodean, nuestros actos de servicio, el impacto en la vida de los demás. Así que pregúntate:¿cómo quiero que me recuerde la gente?, ¿cuál va a ser mi legado?, ¿cómo quiero impactar la vida de las personas que lleguen a mí?
Psic. Susana Correa Alcantar
Maravilloso artículo, muy cierto e importante la perspectiva de la especialista! Su orientación Es una invitación a tener una vida en equilibrio!
Muchas gracias 😊