Resiliencia y capacidad de adaptación: Tokio 2020
Índice
Pensamientos, clave para la resiliencia y capacidad de adaptación
Uso de la resiliencia y capacidad de adaptación en el deporte
La pandemia y confinamiento han afectado la salud mental de todos y el bienestar de los atletas de alto rendimiento no es una excepción. ¿Cómo se relaciona la salud mental con la resiliencia y capacidad de adaptación de los atletas?
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Para entender el impacto de la cuarentena en el bienestar de los atletas, hay que revisar el factor psicológico que enfrentan en su preparación. Sobre todo para los Juegos Olímpicos Tokio 2020, su resiliencia y capacidad de adaptación se han puesto al límite.
Esto se debe a que han tenido que hacer ajustes físicos, tácticos y psicológicos a su entrenamiento. La rutina y el ritmo del mismo antes del confinamiento difícilmente son los mismos que ahora.
Todo se modificó, todo cambió. En papel se ve fácil: cambiar los ciclos, ajustar fechas y cargas físicas, agregar partidos de preparación, etc. Pero, ¿qué pasa con sus pensamientos, su concentración, motivación y determinación?
¿Cómo emplear la resiliencia y capacidad de adaptación cuando lo único que se siente es impotencia, frustración, tristeza, preocupación, miedo, etc.?
Pensamientos, clave para la resiliencia y capacidad de adaptación
En ediciones pasadas de los JJOO, a un mes del evento, los atletas suelen tener una serie de pensamientos intrusivos que de una u otra forma, afectan su desempeño.
Generalmente, estos pensamientos van desde el deseo de concluir el evento, extrañar a su familia o dudar de sus capacidades. También pueden sentir miedo a fallar, no cumplir las expectativas y desgaste mental además del físico.
Este año identificamos que pueden estar viviendo, además, otro tipo de pensamientos intrusivos. Tales como dudar sobre cómo se sienten —autoconfianza y autoeficacia— respecto al año pasado.
Porque como ya mencionamos, los atletas tuvieron que cambiar por completo su rutina y ritmo de entrenamiento. Esto siempre tiene un efecto directo sobre la condición física del atleta.
Además, el diálogo interno marca la dirección e intensidad de nuestros esfuerzos.
La mayoría de las veces, esto ocurre de manera inconsciente. No nos damos cuenta que cuando pensamos, nos estamos condicionando. Y si pensamos así:
“El año pasado me sentía más fuerte, era más rápido.” “Me siento descanchado por todo el tiempo que no jugamos, me da miedo lesionarme.”, etc.
Siempre sentiremos que no estamos dando el ancho o aprovechando todo nuestro potencial. Esto lleva a mayor frustración y se vuelve un círculo vicioso.
Cambiando el diálogo interno
Deportista o no, cuando uno tiene pensamientos intrusivos, es importante detenerlos y sustituirlos. Aunque tal vez no suene muy científico, los pensamientos transforman nuestra realidad.
Si tenemos duda de nuestra capacidad, por ejemplo, corremos el riesgo de no entrar a la jugada a tiempo o con fuerza desmedida tratando de sobre-compensar… ¡sin siquiera estar seguros si haremos un buen trabajo o no!
Nos precipitamos y perdemos de vista que tenemos resiliencia y capacidad de adaptación para superar cualquier situación.
En cambio, si sustituimos pensamientos por afirmaciones podemos ayudarnos a mantener la concentración, autoestima y motivación.
“Ha sido un año irregular, pero soy jugador desde hace 20. Mis músculos siempre han sabido qué hacer. Mis decisiones me han llevado hasta aquí. Llevo 365 días estando listo para este momento. Disfruta. Estás listo.”
Es necesario validar las emociones y el esfuerzo, focalizando la atención a las fortalezas que tienes y las oportunidades que presenta la situación. De esta forma te sientes más seguro de ti mismo
Uso de la resiliencia y capacidad de adaptación en el deporte
Sabemos que hemos hecho uso de estos recursos cuando logramos afrontar una adversidad con equilibrio emocional. Es decir, regresando rápidamente a un estado de calma, superando así esta “crisis” y ejecutando las acciones deportivas en óptimo rendimiento.
De la misma forma, al tener claridad mental para ajustar los planes y saber utilizar nuestros demás recursos, aplicamos la resiliencia y capacidad de adaptación.
Así que, podemos enfocarnos solamente en nuestras inseguridades, o podemos cambiar el chip. La resiliencia y capacidad de adaptación para superar cualquier adversidad son factores que tenemos a nuestra disposición en todo momento.
Lo maravilloso de esto es identificar que estas capacidades se pueden entrenar. No necesitamos encontrarnos ante una crisis monumental, una adversidad extrema, o una pandemia, para saber que somos resilientes.
Es importantísimo incluir cada semana de entrenamiento ejercicios de adaptación, agilidad mental y resiliencia. También reconocer los esfuerzos y los momentos que se han superado y no solo los errores que se han cometido.
¿Incluyes la capacidad de adaptación en tu entrenamiento? ¿Realizas ejercicios de toma de decisión bajo presión? ¿Supones escenarios adversos para generar resiliencia?
Te invitamos a que incluyas entrenamiento mental en tu preparación deportiva y en tu vida diaria. Así puedes disfrutar de los beneficios de aprender a gestionar tu propio bienestar.
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