Actividad física y COVID-19: ¿ejercitarme me protege?
Índice
La actividad física como factor de protección
Actividad física tras padecer COVID-19
Hoy en día hay muchos cuestionamientos acerca de la actividad física y el COVID-19, mejor conocido como coronavirus (SARS-CoV-2). Esta es principalmente una enfermedad respiratoria que puede presentar complicaciones graves en algunos pacientes. Se ha demostrado que la gravedad del cuadro aumenta con la edad y que tiene comorbilidades como la diabetes, el cáncer y otras enfermedades respiratorias. Lo que ha generado inquietud es conocer por qué hay personas con síntomas leves sin necesidad de asistencia respiratoria.
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La actividad física como factor de protección
Algunos científicos creen que depende de la fortaleza del sistema inmunológico y esto va en relación con una revisión por el Dr. Zhen Yan de la Universidad de Virginia, en donde plantea que “apoya firmemente” la posibilidad de que el ejercicio pueda prevenir o al menos reducir la gravedad del síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA). Este síndrome afecta a entre 3% y 17% de los pacientes con COVID-19.
Según la información disponible, los Centros Federales para el Control y la Prevención de Enfermedades estiman que del 20% al 42% de los pacientes hospitalizados por COVID-19 desarrollarán SDRA. El rango para pacientes ingresados en cuidados intensivos se estima entre 67% a 85%.
Fortalecimiento del corazón
La Dra. Boraita de la Fundación Española del Corazón (FEC) menciona que “el cuerpo humano ha sido diseñado para moverse y necesita realizar ejercicio de forma regular para mantenerse funcional y evitar enfermar”. En general, el ejercicio físico juega un importante papel en la prevención de numerosas patologías y es de gran utilidad para retrasar los efectos negativos del envejecimiento sobre el aparato cardiovascular.
Aumento de la masa muscular
De acuerdo con la Dra. Boraita, el ejercicio puede ser beneficioso ya que aumenta la masa muscular, favoreciendo la recuperación de esta en pacientes por COVID-19. Lo que sí es importante aclarar es no entrenar durante la enfermedad viral. El ejercicio durante la enfermedad puede tener un efecto negativo debido a que aumenta el riesgo de daño y muerte por motivos cardiacos y este daño puede extenderse después de la infección.
Producción de antioxidantes
Como se mencionaba al inicio y en otros artículos ya antes publicados, el ejercicio regular tiene muchos beneficios para la salud integral. De acuerdo con el Dr. Zhen Yan et. al. (2020), el ejercicio aumenta la expresión de un antioxidante conocido como “superóxido dismutasa extracelular” (EcSOD). Este antioxidante es conocido, ya que combate a los radicales libres dañinos, protege nuestros tejidos y ayuda a prevenir enfermedades.
Nuestros músculos producen EcSOD de forma natural, secretándolo a la circulación para permitir su unión a otros órganos vitales, pero su producción aumenta y se refuerza con el ejercicio cardiovascular. La expresión de EcSOD que es inducida por el ejercicio, parece estar relacionada con el ejercicio de resistencia y no por el ejercicio de fuerza.
Esta revisión, realizada por el Dr. Yan, sugiere de igual forma el EcSOD como un componente que ayuda con el síndrome de dificultad respiratoria aguda, ya que protege los pulmones. Su presencia es un factor de protección en pacientes con COVID-19 o de igual forma, un factor sumamente importante para la recuperación de estos pacientes.
Una medida más de prevención
La investigación realizada antes de la pandemia sugirió que aproximadamente el 45% de los pacientes que desarrollan SDRA grave morirán. Cabe aclarar que el hecho de que el ejercicio ayude como factor preventivo contra el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), no quita que las medidas preventivas sean necesarias. El ejercicio físico se suma a cuestiones preventivas como el distanciamiento social, lavado de manos, el uso de cubrebocas, entre otros.
Actividad física tras padecer COVID-19
Si padeciste la enfermedad y estás pensando retomar tu actividad física, llévalo con calma. Es muy importante que tomes en cuenta que después de haber pasado por la infección de coronavirus, realices la actividad física con individualización. Esto será de acuerdo con tus propias características y según las indicaciones de tu médico.
En los casos de infección más severos, el paciente debe de llevar un trabajo multidisciplinario según sus necesidades: médico, fisioterapeuta, nutricionista, entre otros. Se deberá respetar las progresiones adecuadas y vigilar los síntomas de alarma. Algunos ejemplos de síntomas son dolor torácico, disnea, palpitaciones o mareos, los cuales se deberán consultar a la brevedad posible.
No olvides tomar en cuenta que la actividad física tiene que ir de la mano con una buena alimentación, llevada por un nutricionista, y la supervisión de tu médico. Esto promoverá una pronta recuperación sin poner en riesgo tu salud.
Referencias:
Extracellular superoxide dismutase, a molecular transducer of health benefits of exercise. (2020, 1 mayo). ScienceDirect.
COVID-19: Exercise may protect against deadly complication. (2020, 15 abril). EurekAlert!
ConSalud, R. (2020, 11 junio). La actividad física mejora la salud cardiovascular de los pacientes recuperados de la Covid-19. Consalud.