Halterofilia para mujeres: principales beneficios para ellas
Índice
Historia de la halterofilia para mujeres
Beneficios de la halterofilia para mujeres
A lo largo de nuestras vidas seguramente hemos escuchado muchos comentarios sobre lo que las mujeres podemos o no podemos hacer. Al presentarse la halterofilia para mujeres, todos esos comentarios comenzaron a desaparecer y tuvimos la oportunidad de demostrar lo poderosas que somos.
Historia de la halterofilia para mujeres
Antes de explicarte los beneficios de la halterofilia para mujeres, debemos entender por qué es una herramienta de empoderamiento femenino hablando de su historia.
La halterofilia es un deporte muy antiguo que data del siglo VI a.C, pero comenzó a formalizarse a finales del siglo XIX en Europa central. Sin embargo, era un deporte exclusivo para hombres.
El objetivo principal de la halterofilia es demostrar la fuerza máxima que una persona es capaz de ejercer y la fuerza era un atributo que se otorgaba solo a los hombres.
Afortunadamente, las mujeres nunca hemos sido sumisas y siempre buscamos la manera de hacernos notar. La halterofilia para mujeres comienza un poco (mucho) después, a principios del siglo XX, también en Europa.
La primera mujer halterófila se llamaba Katie Sandwina y era una cirquera que era capaz de levantar 75 kg sobre su hombro.
Su apellido en realidad no era Sandwina, sino Brumbach. A Katie se le otorgó ese sobrenombre cuando logró vencer a un pesista muy famoso de la época, Eugen Sandow. En una competencia, Katie logró levantar 136 kg por encima de su cabeza con un solo brazo.
En los periódicos la retrataban como una súper mujer, ya que además de ser cirquera y pesista, era ama de casa. Aparecía en fotos cargando a toda su familia sobre sus hombros.
Hubo otras mujeres pesistas en los primeros años del siglo XX. Una de ellas, conocida como Vulcana, ganó medallas por levantar 65 kg en press de brazo. Otra famosa pesista conocida como Minerva llamaba la atención levantando barriles que pesaban aproximadamente 130 kg.
En esos primeros años, Eugen Sandow quiso realizar una competencia de tipo bodybuilding para mujeres. Podían participar quienes mandaran una foto de cuerpo completo a las oficinas de la editorial de su revista.
Sin embargo, la sociedad inglesa de ese momento era aún demasiado cerrada y, por miedo, ninguna mujer se animó a participar.
En Estados Unidos, la situación fue completamente diferente. Dos años más tarde, se anunció un concurso de levantamiento de peso para hombres y mujeres, ofreciendo 500 dólares como premio a dos ganadores.
Muchas mujeres enviaron su solicitud para participar y la ganadora fue Emma Newkirk. ¡Muy bien por ella! No solo estaba rompiendo los estereotipos tan rígidos de la época, sino que también se llevó una lanita extra.
Las competencias de este tipo se hicieron cada vez más famosas. En 1913, se organizó otro concurso de tipo bodybuilding femenino en Inglaterra y la ganadora fue Mary Williamson.
Así continúo habiendo concursos de fuerza femenina, pero aún había algo de oposición por parte de la sociedad. Eso desanimaba a las atletas a participar en este deporte tan emocionante.
Sin embargo, la halterofilia para mujeres continuó expandiéndose en las siguientes décadas gracias a otras dos grandiosas mujeres. Ivy Russell y Pudgy Stockton, de origen inglés y estadounidense respectivamente.
Ivy Russell era capaz de levantar hasta 181 kg en clean and jerk y recorría Gran Bretaña desafiando a otras mujeres a levantar más peso que ella.
En la década de 1930, ella y otro grupo de mujeres lograron organizar lo que se considera la primera competencia amateur de halterofilia para mujeres. Lamentablemente, cuando estalló la Primera Guerra Mundial, las competencias se cancelaron indefinidamente.
Una década más tarde y al otro lado del océano, Pudgy Stockton comenzó a causar sensación al ganar una competencia de Miss Venus en 1948.
Ella también logró organizar otras pequeñas competencias de halterofilia para mujeres, pero la sociedad no las dejaba practicar este deporte en paz.
Los comentarios de la gente y la creencia de que las mujeres son más débiles causaban que las atletas todavía tuvieran miedo de participar.
Además, comenzaron los rumores de que practicar este deporte te hacía ver “como hombre”, eso causaba temor en las novatas que no querían verse masculinas. Katie Sandwina y su figura de reloj de arena no opinaban lo mismo, pero ella no estaba ahí para decirles.
Fue hasta la década de los 70, con la llegada de la segunda ola feminista, que la halterofilia para mujeres realmente tuvo relevancia.
El movimiento feminista invita a las mujeres a cuestionarse las ideas de la sociedad respecto a nuestra existencia. En esa época, la creencia de que las mujeres somos menos y más frágiles era la que predominaba.
Las mujeres feministas tomaron como estandarte a las pesistas, que competían levantando incluso más peso que los hombres.
Con ellas como insignia y la presión social que ejercían las feministas, en 1977 se organizó el primer abierto americano de halterofilia para mujeres.
La ícono de la década es Jan Todd, capaz de levantar piedras de 317 kg y que fue parte de todo el movimiento.
Hasta la fecha, sigue siendo una mujer muy respetada en la comunidad de halterofilia femenina y el movimiento feminista. Ella dijo:
“La fuerza debería ser un atributo de la humanidad. No es un don que le pertenezca solo a los hombres.”
— Jan Todd
Años más tarde, la Federación Internacional de Halterofilia comenzó a regular las competencias de halterofilia para mujeres.
Esto dio paso a que se incluyera la categoría femenina en competencias nacionales y las mujeres aprovecharon para terminar de romper los estereotipos.
En 1985, una mujer llamada Karyn Marshall rompió el récord Guiness de Katie Sandwina, al levantar 137.5 kg en clean and jerk. Dos años más tarde, se celebró la primera competencia internacional de halterofilia y la ganadora fue Karyn.
La categoría femenina se incluyó en los Juegos Olímpicos hasta el año 2000, en Sídney.
Desde entonces, las mujeres han aprovechado este deporte para demostrar que la fuerza y la excelencia física no son solamente cualidades masculinas.
Beneficios de la halterofilia para mujeres
Ahora que conoces la historia de la halterofilia para mujeres, seguramente te das cuenta que practicar este deporte te convierte en una rebelde poderosa. Sin embargo, la caída del patriarcado no es el único beneficio que ofrece.
Para que termines de convencerte de que este deporte es excelente para nosotras, te explico ahora los beneficios que trae la halterofilia en nuestro cuerpo:
- – Mejora el estado de ánimo y reduce el estrés, ya que al hacer ejercicio liberamos endorfinas, que ayudan a hacernos sentir bien.
- – Te ayuda a incrementar la masa muscular y ganar fuerza.
- – Reduce el riesgo de lesiones, dolor de espalda, artritis y osteoporosis. Al levantar pesas, aumenta la densidad ósea, lo cual mejora la salud de nuestros huesos. Esto nos beneficia mucho a nosotras, ya que después de la menopausia somos más propensas a desarrollar esta enfermedad.
- – Mejora el rendimiento físico y nuestro desempeño. Los ejercicios funcionales como la halterofilia nos sirven en la cotidianidad. Después de un rato practicando, te darás cuenta que la bolsa del mandado ya no te pesa tanto.
- – Reduce el riesgo de padecer diabetes y enfermedades del corazón. Levantar pesas le da tonicidad a las paredes de este músculo y bombea sangre mejor a todo nuestro cuerpo.
- – Como tenemos que flexionar rodillas y codos para levantar el peso, nuestras articulaciones se vuelven más fuertes.
- – Mejora la calidad del sueño.
- – Aumenta el autoestima y la confianza en ti misma. Llevar tu cuerpo hasta el límite y volverse más fuerte favorecen la seguridad, por ser acciones que se logran a base de nuestros propios méritos.
- – Ayuda a bajar y mantener el peso corporal y mejora el metabolismo.
Todos estos beneficios debes considerarlos como una inversión a largo plazo. Todo lo que hagamos por nuestro cuerpo ahora nos acompañará toda la vida.
Por lo tanto, si realmente te dedicas a la halterofilia ahora y la practicas constantemente, tu salud y condición física siempre estarán en óptimas condiciones.
Mitos desmentidos
La halterofilia es realmente uno de los deportes más maravillosos para las mujeres. Al practicarlo ayudamos a romper estereotipos y mejoramos muchísimo nuestra salud y condición física.
Sin embargo, si después de leer todo eso aún no te convences de practicarlo, seguramente has escuchado varios mitos sobre este deporte.
Por lo general, cuando oímos “pesas” pensamos en un hombre musculoso, con brazos y espalda anchos. Esto porque seguramente has escuchado que es un deporte “muy varonil”.
La realidad es que la halterofilia no es un deporte exclusivo para ellos. Levantar pesas ayuda a desarrollar una buena base para el cuerpo y adquirir fuerza, eso beneficia a todos y todos lo podemos hacer. No solamente los hombres.
Otras personas dicen que es mejor hacer cardio para mejorar el físico, cuando la realidad es que lo ideal sería hacer ambas cosas: cardio y fuerza.
Hacer cardio ayuda mucho a mejorar el sistema cardiovascular, pero las pesas mejoran todo el cuerpo en conjunto.
Además, al usar energía basal e incrementar la masa muscular, tu cuerpo empieza a consumir calorías incluso en estado de reposo. Mientras más grande sea el músculo, más calorías quemarás.
Otro mito que seguramente has escuchado mucho es que el levantamiento de pesas te hace “parecer hombre”. Muchas mujeres piensan que al tomar un halter les van a crecer los brazos, cambiar la voz o algo así.
Puedes estar tranquila, ya que no vas a “parecer hombre” por practicar halterofilia.
Principalmente porque las mujeres no producimos los mismos niveles de testosterona que los hombres. La testosterona influye mucho en la capacidad de crecimiento del músculo, pero ojo, eso no significa que tu músculo no vaya a crecer.
Además, para estar así de “ponchada” como nos imaginamos que quedaremos por practicar halterofilia, es necesario todo un régimen. La alimentación y el entrenamiento deben ser especializados para alcanzar ese nivel físico. No creas que vas a llegar a estar así por mera casualidad, tendrías que estarlo buscando activamente.
Aunque claro, si tu objetivo es estar así de “ponchada”, asegúrate de hacerlo saber a tu entrenador y él o ella te ayudarán a lograrlo. Todo se puede en esta vida.
Este mito va de la mano con la creencia de que al practicar halterofilia debes cargar mucho peso y entrenar “como hombre”. Nada está más alejado de la realidad, ya que no hay un tipo de entrenamiento que sea “para hombres”.
Esto es porque todos somos diferentes y el entrenamiento de halterofilia varía dependiendo del atleta. Cada uno entrena de manera diferente, cargando pesos diferentes.
Un novato no puede levantar lo mismo que una persona que lleva toda su vida entrenando.
Se trata de entrenar sin detenerse y con el tiempo podrás levantar lo mismo que el hombre o la mujer más fuerte, incluso mucho más. Pero eso será únicamente consecuencia de tu propio esfuerzo.
Finalmente, no creas que la halterofilia te traerá resultados inmediatos. La motivación, la constancia y sobre todo la paciencia son clave para lograr el éxito. No dejes de entrenar y de dar lo mejor de ti y con el tiempo verás los frutos de todo tu esfuerzo.
La halterofilia para mujeres es una gran opción para mantenernos activas, y nunca es tarde para empezar.
Recuerda que con el paso del tiempo tu cuerpo lo agradecerá, y romperás muchas barreras en la historia de las mujeres.