Rotura timpánica en buceo libre: ¿qué debo hacer?
Índice
¿Por qué sucede la rotura timpánica en buceo libre?
Cómo saber si tengo rotura timpánica
¿Cómo evitar la rotura timpánica en buceo libre?
¿Cómo debo cuidarme después de una rotura timpánica?
La perforación o rotura timpánica es un tipo de lesión en la cual ocurre una pérdida de la continuidad de la membrana timpánica. Esta puede ser ocasionada por infecciones, traumatismo directo, sonido o cambios de presión atmosférica. A continuación una guía sencilla en caso de padecer rotura timpánica en buceo libre.
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¿Qué es el tímpano?
Es una membrana elástica —casi transparente— con forma de cono, encargada de separar el oído externo del oído medio. También se encarga de la transmisión del sonido a los huesillos del oído.
¿Por qué sucede la rotura timpánica en buceo libre?
La rotura timpánica en buceo libre se presenta debido al aumento de la presión ambiental ejercida por el agua. Esta produce pérdida del equilibrio entre la presión del oído externo con el oído medio. Cuando la presión en el oído medio disminuye por debajo de la presión ambiente, esta ocasiona retracción de la membrana timpánica. En consecuencia, se presenta una deformidad en esta causando dolor de oído y finalmente su rotura.
Cuando existe infección de las vías respiratorias superiores, alergia u otro mecanismo que interfiere con el funcionamiento de la trompa de Eustaquio, aumenta el riesgo de rotura timpánica.
Cómo saber si tengo rotura timpánica
La única manera de saber si tienes rotura timpánica es mediante la exploración visual del oído (otoscopia) o en algunos casos otomicroscopía, dependiendo del tamaño de la lesión. Posteriormente, son necesarias otras pruebas para valorar la función del tímpano las cuales incluyen la timpanometría y audiometría. Esta última es obligatoria para valorar la capacidad de audición tras al accidente.
Los síntomas más comunes son:
– Dolor de oído
– Secreción acuosa o sanguinolenta
– Pérdida de audición leve o grave
– Zumbidos o pitidos constantes
– Mareo, inestabilidad y/o vértigo que pueden provocar náuseas o vómitos.
Primeros auxilios
La primera medida que se debe tomar ante esta situación es suspender el buceo o inmersión, evitar el contacto del oído con agua, calmar y dar apoyo en caso necesario al apneísta. El afectado puede presentar dificultad para caminar debido al vértigo y mareo ocasionados por la lesión del oído. Se recomienda acudir a la brevedad con su médico de confianza para que este realice una otoscopia y poder evaluar el daño ocurrido en la membrana timpánica. Así se podrá brindar un manejo adecuado según la gravedad de la lesión.
¿Cómo evitar la rotura timpánica en buceo libre?
Lo más importante para prevenir este tipo de lesión —y que seguramente te comentó tu instructor de buceo— es no forzar la ecualización, evita ir más profundo si no puedes ecualizar. Recuerda, tu ecualización debe ser suave y nunca forzada.
Otro aspecto muy importante es no bucear si tienes algún cuadro alérgico o infeccioso de las vías aéreas superiores. Esto dificulta la ecualización y por consiguiente aumenta el riesgo de lesión de oído.
¿Cómo debo cuidarme después de una rotura timpánica?
Lo principal es no automedicarse y ante cualquier duda o sospecha de este tipo de lesión, acudir con un médico. Evita aplicar gotas en el oído ya que pueden complicar el cuadro y empeorar la recuperación. Otro aspecto fundamental es evitar el contacto con el agua, incluyendo la ducha; procura tapar tu oído con un algodón untado con vaselina mientras tomas el baño.
El regreso al agua se sugiere hasta que tu médico te revalore y verifique la reparación total del tímpano.
El tiempo de cicatrización depende del tamaño de la lesión. En la mayoría de los casos, solo necesita tiempo para que se logre el cierre total. En casos más graves, se requiere de cirugía.
Rehabilitación
Una vez que tu tímpano esté sano, es recomendable realizar ejercicios de flexibilidad timpánica suaves fuera del agua. Así recuperarás la flexibilidad perdida por el proceso de cicatrización. Estos se basan técnicamente en realizar ejercicios de Frenzel o Valsalva tres veces al día durante dos semanas antes de volver al agua. Si alguna de estas maniobras produce dolor, suspende el ejercicio y consulta a tu médico.
Mi recomendación final —como médico e instructor de apnea— es que recuerdes que el buceo libre es un proceso paulatino en el cual es mejor llevar un ritmo suave y tranquilo sin forzar tu avance. No vale la pena lesionarse por un metro más.
Ante cualquier lesión ocurrida durante la práctica de la apnea o cualquier deporte consulta a tu médico de confianza.
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