Luxación: causas, prevención y tratamiento
Índice
Recomendaciones para tu recuperación
Complicaciones tras una luxación
Una luxación —también llamada “dislocación”— es una lesión generalmente traumática en una articulación (el lugar donde se unen dos o más huesos). En esta, los extremos de los óseos involucrados salen de su posición normal lo que ocasiona una “pérdida de la congruencia articular”. La luxación produce dolor severo y deforma e inmoviliza temporalmente la articulación.
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¿Qué causa una luxación?
Las luxaciones son más frecuentes en los deportes de contacto a predominio de los hombros (articulación glenohumeral y articulación acromioclavicular) y los dedos (interfalángicas). Otras articulaciones son los codos, las caderas y las rodillas. Si sospechas que tienes una luxación, busca atención médica de inmediato para colocar los huesos en la posición correcta. Las maniobras de reducción deber ser realizadas por un especialista.
La luxación puede producirse en deportes de contacto, como el fútbol americano, rugby, soccer, básquetbol, lucha libre o el hockey. También en los deportes en los que las caídas son frecuentes, como el ciclismo, skate, esquí, la gimnasia y el voleibol.
Los jugadores de básquetbol y fútbol americano también se dislocan con frecuencia las articulaciones de los dedos y las manos. Esto sucede al golpear por accidente la pelota, el piso o a otro jugador. Al igual, un golpe fuerte en una articulación durante un accidente automovilístico o caer sobre un brazo extendido son causas frecuentes de la luxación.
Factores de riesgo de una luxación
– Propensión a las caídas. Las caídas aumentan la posibilidad de dislocarse una articulación si usas los brazos para resistir el impacto. Ocurre igual cuando caes con fuerza sobre una parte del cuerpo, como la cadera o el hombro.
– Factor hereditario. Algunas personas nacen con ligamentos que son más flexibles y propensos a las lesiones que los de otras personas.
– Práctica de deportes. Muchas luxaciones se producen durante la práctica de deportes de alto impacto o de contacto.
– Accidentes automovilísticos. Estas son las causas más frecuentes de las luxación de cadera, en especial, en el caso de las personas que no usan cinturón de seguridad.
Diagnóstico
Además de examinar la lesión, el médico podría solicitar lo siguiente:
- – Radiografías. La radiografía de la articulación se usa para confirmar la pérdida de la continuidad articular. También, puede revelar fracturas de huesos u otros daños en esta.
- – Tomografía. Estudio radiológico más profundo y preciso que la radiografía simple. Se enfoca en el tejido óseo, nos permite medir fragmentos óseos, desplazamiento y puede revelar información que no se corrobora por radiología simple.
- – Resonancia magnética (RM). Enfocada en tejido y partes blandas; nos ayudar a evaluar el daño a las estructuras como músculo, ligamentos, tendones, cápsula articular, labrum, meniscos alrededor de la articulación dislocada.
Tratamiento tras una luxación
El tratamiento de la luxación depende de dónde se localiza y de la gravedad de la lesión. Podría comprender lo siguiente:
– Reducción. Es posible que tu médico intente maniobras suaves para ayudar a que los huesos vuelvan a su posición. Si estás en cancha, debe hacerse por el médico deportivo del equipo, descartando primero que no tenga fractura. Dependiendo de cuánto dolor e inflamación presente el paciente, es posible que necesites anestesia local o, incluso, general antes de la manipulación de los huesos.
– Inmovilización. Después de que los huesos hayan vuelto a su posición (reducción exitosa), es posible que tu médico inmovilice la articulación con una férula o cabestrillo por varias semanas. El tiempo por el que debas llevarlo dependerá de la qué articulación es, la extensión del daño a los nervios, vasos sanguíneos y a los tejidos de soporte como músculos, tendones, ligamentos o cápsula articular.
– Cirugía. Es posible que necesites cirugía si tu médico no puede mover los huesos dislocados (hacer una reducción efectiva) a su posición correcta o si se dañaron los vasos sanguíneos, nervios o ligamentos cercanos. La cirugía también puede ser necesaria si has tenido luxaciones recurrentes, en especial en el caso del hombro. (Inestabilidad Articular). Hoy día contamos con técnicas avanzadas y tecnología de punta para realizar cirugías mínimamente invasivas a través de cámaras. Este procedimiento se llama “artroscopia”, el cual mediante pequeños portales repara las estructuras lesionadas y regresa la articulación a la normalidad.
– Rehabilitación. Después de que te hayan retirado la férula o el cabestrillo, comenzarás un programa de rehabilitación gradual y progresivo. Este tiene como fin recuperar la amplitud de movimiento y la fuerza de la articulación.
Recomendaciones para tu recuperación
Estas medidas te ayudarán a aliviar el malestar y fomentar la curación después de recibir tratamiento:
– Descansa la articulación dislocada. No repitas la acción que provocó tu lesión e intenta evitar los movimientos dolorosos.
– Aplica hielo y calor. Colocar hielo en la articulación lesionada ayuda a reducir la inflamación y el dolor. Utiliza una compresa fría de 15 a 20 minutos por vez. El primer día o el segundo, intenta hacerlo cada dos horas durante todo el día. Después de dos o tres días, cuando el dolor y la inflamación hayan mejorado, las compresas calientes pueden ayudar a relajar los músculos endurecidos y doloridos. Limita la aplicación de calor a 20 minutos por vez.
– Toma un analgésico. Los medicamentos de venta libre, analgésicos y antinflamatorios autorizados por tu médico pueden ayudar a aliviar el dolor.
– Mantén la amplitud de movimiento de la articulación. Después de uno o dos días, comienza con algunos ejercicios leves —según te indique y permita el médico o el fisioterapeuta— para ayudarte a mantener la amplitud de movimiento de la articulación lesionada. La inactividad total puede producir rigidez en las articulaciones.
Complicaciones tras una luxación
– Desgarro de los músculos, ligamentos y tendones que refuerzan la articulación lesionada, daños en los nervios o vasos sanguíneos o alrededor de la articulación.
– Propensión para volver a lesionarte si tienes reiteradas dislocaciones.
– Artritis en la articulación afectada a medida que envejeces.
En caso de lesiones de tendones o ligamentos que sostienen la articulación lesionada, podría ser necesario someterse a una cirugía para reparar esos tejidos.
¿Cómo prevenir una luxación?
Para ayudar a prevenir una luxación:
- – Toma precauciones para evitar caídas. Trabaja tu equilibrio y fuerza alrededor de la articulación lesionada. Realízate exámenes oculares con regularidad. Pregúntale al médico o al farmacéutico si alguno de los medicamentos que tomas puede causarte mareos. Asegúrate de que tu hogar esté bien iluminado y de eliminar todo posible peligro de tropiezo de las zonas por donde caminas.
- – Realiza deportes de manera segura. Usa el equipo de protección recomendado cuando practiques deportes de contacto.
- – Evita las reapariciones. Una vez que hayas tenido una dislocación en una articulación, puedes ser más propenso a tener dislocaciones en el futuro. Para evitar la recurrencia, realiza ejercicios de fortalecimiento y estabilidad siguiendo las recomendaciones del médico o el fisioterapeuta para mejorar el soporte de la articulación.
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