CENOTE SIN NOMBRE

Capacitación / Entrenamiento.

La diferencia entre capacitación y  entrenamiento…

Alguna vez se han preguntado: ¿cual es la diferencia entre capacitación y entrenamiento?

Para algunos es muy sencilla quizá algunos hasta pensaran que es lo mismo, en algunas actividades es muy importante tener ambas y saber diferenciarlas…

Hablare del buceo específicamente.

La capacitación es básica para poderse sumergir en las aguas del océano o cuerpos de agua dulce sin riesgo de sufrir un accidente, esta capacitación puede ser a un nivel básico o avanzado, después de tomarla podemos decir que “sabemos” como hacer las cosas y si tuvimos la suerte de tener un buen instructor sabremos exactamente que hacer en un momento dado bajo cualquier situación que se nos presente al nivel de la capacitación y al nivel nuestros recursos físicos y capacidades personales sin ningún riesgo….

¿Qué pasa si buceamos una vez al año?, dicen que lo que bien se aprende no se olvida…

Es ahí donde entra el entrenamiento, un guía, dive master o instructor bucea a diario y se enfrenta a diferentes situaciones con sus clientes o alumnos y las resuelve de manera natural, día a día aunque estas situaciones sean completamente diferentes, el se esta entrenando todos los días en resolver , en caso de existir, alguna situación particular en un buceo, tiene la misma capacitación pero muchísimo más entrenamiento

Si hacemos la analogía con cualquier deporte no será lo mismo un futbolista que sabe jugar, esta capacitado, y juega una vez a la semana al futbolista que juega diario, él entrena su cuerpo y mente día a día bajo las diferentes circunstancias, situación del campo, diferentes oponentes, clima, estados de ánimo , entrenador, etc .

Lo mismo sucede con el buceo, ya te certificaste como Open Water, tienes la capacitación, sabes como hacerlo pero bien dice el dicho: “la práctica hace al maestro” quizá en las ocasiones anteriores no nos toco bucear con agua fría, o con agua con un poco de corriente, o se empaña el visor, o perdimos de vista por un instante al guía, o el agua esta turbia con poca visibilidad, o apareció un pez que no sabemos si es peligroso o no, o muchísimas variables que cuando nos sumergimos están fuera de nuestro control.

En mi experiencia de buceo de más de 25 años, el entrenamiento es fundamental,  no importa que sea en el mismo lugar, el mismo equipo , la misma lancha, el mismo nivel de buceo,  un buceo nunca será igual a otro, nosotros mismos no siempre tendremos las mismas aptitudes  y actitudes de un día a otro.

Es por eso que a todos los seguidores  de este blog los conmino: ¡entrenémonos! mientras más buceos tengamos, más experiencia adquiriremos y en consecuencia más disfrutaremos de estas hermosas aventuras bajo el agua.

Quiero compartirles la experiencia de el “cenote sin nombre” que si no hubiera tenido el entrenamiento necesario, quizá no estaría escribiéndoles esta historia.

Alguna vez estando en mi casa en la selva, Rodrigo mi sobrino, marco para decirme: 

“Tío, un amigo encontró un cenote en sus terrenos, se han metido ya varios de sus trabajadores y han puesto una línea con focos en la entrada, esta inundado, ¿podríamos ir y tomar unas fotos? Quizá se pueda explotar para el turismo…”

El espíritu explorador afloró y por supuesto que dije que si, e iniciamos la aventura.

El cenote sin nombre, estaba poco antes de llegar a Tulum, no había mas que un camino rural donde no pasaban los autos que nos acercaba un poco, así que decidimos rentar unos caballos que nos cargaran el equipo de buceo y las cámaras, la entrada era un poco estrecha, por dentro se abría una playita de arena cómoda para armar el equipo de buceo y fotografía, así lo hicimos y nos internamos en las aguas desconocidas.

Ambos habíamos buceado en cenotes un sinnúmero de veces, ambos habíamos tomado cursos de cueva, ambos teníamos mucho entrenamiento, buceábamos casi a diario,  en este caso teníamos el entrenamiento en resolver problemas bajo el agua aunque nunca habíamos  explorado una cueva virgen. 

Todo fue muy bien hasta que de repente sucedió lo inesperado, Rodrigo traía  la línea de vida, mientras yo tomaba imágenes del maravilloso cenote sin nombre, sin querer, roce con el hombro un cúmulo de sedimento en el fondo e inmediatamente la visibilidad se volvió cero,  aplicamos nuestros conocimientos adquiridos en la capacitación y con el entrenamiento que teníamos resolvimos el problema y salimos con bien de esta aventura.

La reflexión es: habíamos sido capacitados para saber que hacer en caso de visibilidad nula en una cueva, habíamos hecho prácticas con el visor tapado, siempre había sido bajo ambientes controlados, nunca nos habíamos enfrentado a una situación real, y después de haber entrado muchas veces a un cenote, la desesperación no se apoderó de nosotros, el entrenamiento nos permitió mantener la calma y resolver como si se tratara de un ejercicio.

Por eso es tan importante después de tener la capacitación, entrenar , entrenar, entrenar o lo que es lo mismo bucear, bucear y más bucear por si alguna vez nos encontramos en una situación que nos sorprenda podamos resolverla sin sobresaltos.

Jorge Iñiguez…