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Es común pensar que para jugar golf lo único que se necesita es una pelota con hoyuelos y un palo o bastón; y esto es relativamente correcto, sin embargo para que la pelota llegue al hoyo, debe de recorrer diferentes distancias en diversas circunstancias: en el golf hay momentos en que el golpe debe de ser lo más largo posible y hay otros donde, por el contrario, el tiro intentado será de precisión absoluta. Veamos para qué sirve cada uno de los palos de golf.
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El driver
Este es el palo de salida, el más “cabezón” de todos, el más potente, el más caro y para muchos, el más difícil de usar. Se usa en las salidas largas en par 4 o par 5, donde el jugador intentará acercar lo más posible la bola al hoyo, pero aún le quedará espacio para llegar. El driver es el único bastón que debe usarse con un tee —el palito de madera que detiene la bola en el pasto— debido a que tiene muy poco loft o inclinación en la cabeza, esto hace que la bola viaje más lejos. Un jugador profesional llega a pegar tiros de más de 350 yardas, si eres un jugador de fin de semana y logras tiros de salida de más de 200, te felicito ampliamente.
Las maderas
También conocidos como “maderas de calle”, estos palos de golf se llaman así porque anteriormente eran fabricados de madera sólida. Ahora son de diversos materiales que combinan la resistencia con la precisión. Permiten golpes tan largos como el driver y son la mejor opción para efectuar el segundo golpe en un par largo. No necesitan un tee porque su inclinación en la cabeza o loft es mayor que un driver y su numeración va del 2 al 11; entre más corto el numero, menor el loft y mayor distancia. Pero en el golf, mayor distancia significa mayor dificultad de ejecución. Una madera llega a pegar más de 280 yardas si se usa bien. Nunca salgas sin un par de ellas en tu bolsa, las vas a necesitar.
Los híbridos
Como su nombre lo indica, son como “las mulas” del golf. Quien los inventó, a principios del siglo XXI, utilizó mercadológicamente la palabra rescue, porque ciertamente son los rescatadores en tiros largos difíciles. Los palos de golf híbridos se llaman así porque combinan la fuerza de pegado y la distancia de un fierro 1 con la maniobrabilidad de una madera. Su forma también es interesante: la varilla tiene la longitud de un fierro pero la cabeza se parece a una madera al ser más voluminosa que un fierro. Si los llegas a entender en el campo, son muy amigables y te “rescatarán” varias veces de un hoyo malo.
Los fierros
También llamados “hierros” en otros países de Iberoamérica, son los clásicos bastones con cabeza de metal y rayitas horizontales. La bolsa del golfista parece que está llena de ellos y algunas personas llegan a pensar que son como los maridos: “todos son iguales”. Pero no, cada palo tiene grabado un número en la cabeza que va del 3 al 9; entre más bajo es el guarismo, mayor será la distancia y menor el loft o ángulo; entre mayor sea, la bola alcanzará menos altura, pero su vuelo será más prolongado. A mayor ángulo la bola volará más alto y su distancia será más corta.
Los wedges
Aparentemente son iguales a los fierros, pero digamos que son sus “primos raros”. La varilla es ligeramente más corta y la cabeza tiene un ángulo muy amplio, van desde los 45 grados del pitching wedge hasta los 64 grados del ultra lob wedge. Estos palos se usan para salvar obstáculos a distancias cortas como trampas o lagos, o inclusive el sand wedge, que se puede comprar con diferentes ángulos de loft, pero casi siempre es de 55 grados. Se utiliza precisamente para sacar la pelota de las trampas de arena o sand bunkers y aterrice mansamente en el green del hoyo.
El putter
Este es el palo más personal, para algunos el más importante de la bolsa y para otros puede ser el más amado o el más odiado de todos. Se utiliza en el green para embocar la bola en el hoyo. No tiene ángulo o acaso es mínimo, porque la pelota debe seguir una trayectoria recta y rasa en la mayoría de los casos. Es el único bastón que sale de la bolsa dieciocho veces consecutivas, pues se juega siempre al final de cada hoyo. Puede dar muchas satisfacciones si se usa bien y se enboca pronto, o dolores de cabeza horrorosos si no se atina al agujero. Hay de muchos tipos en el mercado; con diferentes cabezas, estabilizadores, guías y un sinfín de gadgets que van de acuerdo a la personalidad y cábalas de cada golfista.
Hay un viejo adagio entre jugadores que resume la importancia de los palos de golf: con el driver se da el show, con los fierros se batalla y con el putter se cobran las apuestas.
