Índice
Golf: una historia de camaradería
Los hoyos y los pares en el golf
Los instrumentos de juego en el golf
El rival más difícil eres tú mismo
El golf es un deporte encasillado en ciertos prejuicios. Por ejemplo “Es un juego para viejitos”, “es muy aburrido” o “en el golf no se hace ejercicio”, sin embargo, todo ello es falso. En el golf, como en muchos otros deportes, el jugador es quien lleva el juego al nivel que requiera. Pero ¿cómo se juega este juego? ¿es fácil o difícil? ¿qué lo hace atractivo?
Golf: una historia de camaradería
Cuenta la leyenda que el golf se comenzó a jugar en Escocia cuando dos amigos intentaban aventar una piedra cada uno y arrimarla lo más cerca posible de una madriguera de tejones. Otra historia dice que un campo de golf tiene dieciocho hoyos pues es la cantidad precisa de tragos que tiene una botella de whisky. Lo cierto es que, en este deporte, lo que predomina es la camaradería y la amistad como en ningún otro.
En un torneo importante como un major, es común ver a jugadores superestrellas —como Tiger Woods o Phil Mickelson— conversando alegremente en medio del campo, entre golpe y golpe. Algo impensable por ejemplo, en el fútbol, ¿te imaginas a Messi conversando sonriente con Cristiano en el minuto ochenta del partido?
Los hoyos y los pares en el golf
Mucha gente sabe que en el golf hay dieciocho hoyos y el juego se trata de meter una pelotita de unos cuatro centímetros de diámetro en el hoyito, que mide poco más del doble, pero hay algunas complejidades extra.
Par
La pelota debe de hacer un recorrido de varios golpes, desde el punto de salida, hasta el hoyo. A esto se le denomina “Par”, que en inglés significa professional average result, algo así como “resultado promedio de un profesional”.
Existen Par 3, Par 4 y Par 5 y dependen de la longitud del recorrido, que se conoce como fairway o calle. Por obviedad, los más largos son los Par 5 que van entre 450 y 630 metros (476 a 690 yardas), los medianos son los Par 4; entre 230 y 450 metros (251 a 475 yardas) y los cortos Par 3; entre 90 y 230 metros (100 a 250 yardas).
¿De qué se trata?
Lo divertido del juego es “ganarle” al Par; es decir, si se juega un Par 5 de 600 yardas, el jugador tiene que embocar la pelota en cinco tiros o golpes desde la salida. Si lo hace, se lleva el “Par” y empata el hoyo. Sin embargo, si logra sacar un tiro o golpe de ventaja, entonces le “gana” al hoyo un golpe y queda “por debajo de Par”, a eso se le llama Birdie. Si por el contrario, en lugar de embocar de cinco golpes, el jugador hace seis, es decir uno arriba, se le llama Bogey.
Hoyo
Tal vez has escuchado el término “hoyo en uno”, esto significa que el jugador embocó de un solo tiro la pelota en el hoyo. Aunque es muy difícil hacerlo, es “común” en los Par 3 y también se le denomina Eagle.
Los instrumentos de juego en el golf
¿Pero cómo diablos le haré para que la pelota viaje en promedio 400 yardas en cada hoyo? Habrá que pegarle a la bola con diferentes bastones que logran ciertas distancias. Bueno, pues el golf tiene algo que muy pocos deportes tienen; cada jugador lleva todo su equipo consigo, y en algunos casos, hasta un “porteador” como en el caso del alpinismo.
La bolsa de un golfista
En el golf, cada jugador lleva una bolsa con todos sus palos y otros artilugios necesarios. Estos pueden ser pelotas, tees (los palitos donde se detiene la bola en la salida), guantes, gorras, bloqueador solar y hasta la estampita del santo de su devoción o una pata de conejo para la buena suerte.
El caddy
Durante los torneos, cada jugador tiene derecho a ser ayudado por un caddy (o caddie), quien cargará la bolsa para que el jugador no se canse con el trabajo extra (la bolsa llega a pesar entre 10 y 20 kilos) y es el equivalente al “porteador” de los alpinistas.
Si se trata de un juego entre amigos en fin de semana, el caddy es el carrito: ahí se enganchan las bolsas en la parte de atrás y cada jugador (dos por carrito) toman los bastones que necesitan para cada tiro.
Los palos de golf y el tee
Por reglamento, en cada bolsa no debe haber más de 13 palos: un driver para las salidas largas, tres maderas, cinco fierros, tres wedges y un putter. Cada uno de estos palos, bien usado, tiene una función y una distancia. Por ejemplo, el driver solo se usa en las salidas largas. Es la única vez que la pelota se coloca en un tee (ese famoso palito de madera o plástico que se entierra en el pasto para sostener la pelota) y bien usado debe dar distancias de más de 250 yardas, el equivalente a dos y medio campos de fútbol americano. Para conocer a detalle cada uno de los palos de golf y sus funciones, te recomendamos esta entrada en nuestro blog.
El rival más difícil eres tú mismo
En el golf el único autorizado para tocar su pelota es el propio jugador; nadie más puede hacerlo, por lo tanto, el golfista es quien se cuenta sus propios golpes. En este deporte la cortesía, la caballerosidad y la etiqueta son su personalidad. Es muy mal visto hacer trampas. Ejemplos son contar golpes de menos, dropear o colocar la bola donde no corresponde, hablar o distraer a un rival cuando este ejecutando un tiro, o inclusive, caminar cerca del ángulo de tiro donde el rival espera poner la bola. Por lo tanto, cuando llega el momento de contar el score, cada jugador espera decoro en el otro. Las tarjetas de conteo se firman con un testigo que certifica su honestidad.
En cada juego, el golfista —aficionado o profesional— buscará mejorarse a sí mismo, tener mejor concentración en su juego, no dejarse llevar por la frustración o el enojo de un mal tiro y prolongar las buenas rachas; solo él mismo tendrá control total de su desempeño.
Y… ¿sí es muy difícil?
Si pegar un batazo de béisbol parece difícil —debido a la velocidad que es lanzada la pelota por el pitcher— pegarle a una pelota inerme en el pasto ha de ser cosa fácil. ¡No! No es fácil. El movimiento del golfista requiere de una rotación del bastón de más de 300 grados. El eje (el golfista) debe de provocar un movimiento pendular (el bastón) para que el centro de masa (la bola) sea impactada con el efecto deseado.
No es fácil pegarle a la bola la primera vez. Con las indicaciones necesarias — preferentemente por un instructor calificado— nuestro cuerpo entenderá cuáles son los movimientos que se deben ejecutar correctamente para que la bola vuele, majestuosa, muchas yardas por el aire y aterrice elegantemente en el maravilloso césped del fairway.
A lo largo de mi vida como golfista, siempre he preguntado a jugadores —buenos, regulares y malos— por qué es que les apasiona este deporte. Generalmente contestan “me enamoré del golf desde la primera vez que le pegué bien a una pelota”.