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Sobre Marcotulio Magaña
Marcotulio Magaña, es Licenciado en Psicología egresado por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, cuenta con una maestría en psicología clínica por la misma institución y tiene 10 años de experiencia ayudando a sus pacientes. Actualmente, trabaja para un club de atletismo formativo con adolescentes.
- Instagram: @marcomgbl
¿Qué es la motivación deportiva y por qué es tan importante para el rendimiento de los atletas?
En términos generales, la motivación es la dirección e intensidad del propio esfuerzo. Entendemos por dirección del esfuerzo como la disposición del individuo para acercarse o alejarse de una situación en la interacción deportiva. Por ejemplo, un niño se siente atraído para ingresar al equipo de básquetbol de su comunidad, un jugador lesionado está interesado en recuperarse o una adulta joven se inscribe al gimnasio para perder peso.
Por otro lado, la intensidad es la cantidad de esfuerzo que la persona pone en cada situación deportiva. Siguiendo con los ejemplos ya señalados, el niño se esfuerza en aprender la técnica para tirar a larga distancia, el jugador lesionado se involucra en sus ejercicios de rehabilitación o la adulta joven se enfoca en ciertos aparatos que le agradan, pero hay menor interés en otros.
De lo anterior, se desprende que el rendimiento deportivo se eleve porque, si los factores principales, (que en la siguiente pregunta se van a señalar) se encuentran alineados de forma positiva, el deportista tendrá mayor confianza y seguridad para afrontar desafíos nuevos de acuerdo con sus capacidades.
¿Cuáles son los principales factores que afectan la motivación de un deportista, tanto positiva como negativamente?
Los principales factores que influyen en la motivación en un deportista son la interacción entre su persona (que incluye rasgos de personalidad, necesidades, metas) con variables situacionales (forma de dirigir de entrenadores, cohesión con el grupo, condición de las instalaciones). Por ejemplo, a un estudiante de primaria le gusta jugar fútbol, pero tiene un nivel bajo de confianza para hacer amigos, ve una oportunidad al momento de integrarse al equipo de su comunidad. Si el grupo lo acepta, el estudiante se sentirá aceptado y reconocido (estimulando la motivación extrínseca) además de esforzarse en los entrenamientos para mejorar sus habilidades (motivación intrínseca).
¿Cómo puede un atleta mantenerse motivado durante entrenamientos difíciles o cuando no ve resultados inmediatos?
Una de las primeras tareas es analizar el establecimiento de objetivos de acuerdo con las necesidades y capacidades del deportista. Ahora, los objetivos deben ser medibles, alcanzables, relevantes y temporales, por ello, se deben de estructurar un plan de trabajo en donde haya objetivos pequeños y a corto plazo combinados con metas a largo plazo, todo ello con la intención de que el atleta tenga la sensación de logro y éxito además de mantenerse comprometido con su disciplina deportiva.
Una vez redactado este plan, al atleta se le enseña la técnica de la visualización la cual consiste en utilizar la imaginación para tener pensamientos, sensaciones y acciones de bienestar, así como lograr la adaptación a nuevos retos con mayor grado de dificultad. La finalidad de esas acciones es que el atleta gestione la frustración, la ansiedad y los impulsos a través de la reflexión e inteligencia emocional.
¿Cómo puede un deportista superar periodos de desmotivación o “bloqueos mentales” sin afectar su rendimiento?
Lo primero que hago es analizar si hay factores externos que han influido en la desmotivación, por ejemplo, conflictos con su red de apoyo, pérdidas significativas en los entornos familiares y laborales, rendimiento escolar bajo, etcétera.
Una vez descartado lo anterior, se debe de enfocar en reflexionar, junto con el atleta, cuáles son los momentos en dónde hay esa desmotivación y “bloqueo mental”, ya sea en la fase de entrenamiento o competencia. Por ejemplo, una mujer maratonista se siente desmotivada para entrenar cuando las mañanas están lluviosas.
A partir de lo anterior, se utilizan herramientas psicológicas como las técnicas de relajación, autodiálogo positivo, así como la visualización con la finalidad de que, retomando el ejemplo anterior, la atleta se adapte y asimile las circunstancias de los diferentes escenarios competitivos y de entrenamiento, en este caso, la lluvia.
¿Cómo afecta la motivación en deportes individuales en comparación con los deportes de equipo? ¿Existen diferencias clave en cómo se maneja en cada caso?
Una de las principales diferencias es que, en los deportes individuales, el atleta tiene mayor control de algunas variables que en los deportes de conjunto. Por ejemplo, un jugador de básquetbol se desmotiva porque sus compañeros no se esfuerzan al máximo durante los entrenamientos (variable que no puede controlar).
Por lo tanto, cada deportista tiene motivaciones diferentes para pertenecer al equipo desde lo competitivo o recreativo. Entonces, una de las tareas de los entrenadores es escuchar y conocer las motivaciones de sus dirigidos. Por ejemplo, el portero de mi equipo se siente motivado porque ha mejorado su golpeo de pelota, lances y atajadas (es un deportista competitivo) mientras que uno de los defensores se siente contento por el buen ambiente que hay con sus compañeros, además de sentirse relajado cuando juega (deportista recreativo).
De lo anterior, el entrenador tiene que diseñar planes de entrenamiento en donde pueda combinar las dos facetas para que la motivación tanto a nivel individual como colectiva no disminuya, por el contrario, se eleve y se mantenga por largo tiempo.
¿Qué consejos tienes para aquellos que practican deportes de manera recreativa, pero que también luchan por mantenerse motivados?
Uno de los consejos principales es aceptar las capacidades y habilidades de forma realista. Quizá, una estudiante de universidad tenga el deseo de perder peso a través del voleibol, aunque no llegue a tener la silueta de su cantante favorita porque su complexión física es distinta a la de ella.
A partir de lo anterior, se incluye la actividad de escribir metas realistas, alcanzables, desafiantes y medibles. Volviendo con el ejemplo anterior, la joven estudiante se pondrá como objetivo el mantenerse delgada practicando, de forma constante, el voleibol porque se encuentra contenta con la imagen corporal que proyecta a los demás.
Por último, cuando los objetivos se cubren, es normal que se sienta desmotivado, por lo que es válido proponer algunos nuevos de acuerdo con la situación presente.