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Hace algunos a\u00f1os, trabaj\u00e9 haciendo fotos de las carreras a campo traviesa que est\u00e1n de moda. Cada fin de semana iba con otros fot\u00f3grafos a lugares cerca de la Ciudad de M\u00e9xico como Huasca de Ocampo, Valle de Bravo, Zacatl\u00e1n, entre muchos otros pueblitos m\u00e1gicos.<\/p>\n\n\n\n
Era una gran aventura de fin de semana. Sal\u00edamos de la ciudad el s\u00e1bado por la ma\u00f1ana para llegar al lugar de reuni\u00f3n de los corredores, buscar alojamiento y comenzar a hacer fotos de los acontecimientos previos a la carrera. Se suele hacer una junta con los organizadores para explicar la ruta, d\u00f3nde se encontrar\u00e1n los puntos de hidrataci\u00f3n, qu\u00e9 hacer en caso de alg\u00fan accidente y todo lo relacionado con la carrera. <\/p>\n\n\n\n
Son carreras de 30 km, 50 km y hasta 100 km corriendo por el bosque, monta\u00f1a, incluso cruzando peque\u00f1os r\u00edos. Para los que van corriendo es una gran experiencia y para los que estamos tomando fotos, adem\u00e1s de ser una s\u00faper experiencia, es un gran reto, no tanto como el que corre los 100 km, pero tambi\u00e9n vivimos nuestras aventuras detr\u00e1s de la c\u00e1mara. <\/p>\n\n\n\n
Mi trabajo consist\u00eda en adentrarme en el bosque y buscar alguna vista incre\u00edble del paisaje por donde pasar\u00edan los corredores y tomar foto de cada uno de ellos para poder venderlas posteriormente. As\u00ed que, para llegar antes que comenzara la carrera, ten\u00edamos que empezar a caminar muy temprano y digo “caminar” porque correr con el equipo en la espalda es todo un reto. As\u00ed que generalmente caminaba en contra de la ruta para poder encontrar a los corredores cuando ven\u00edan hacia en frente de m\u00ed y poder captar el paisaje de fondo con el corredor en primer plano.<\/p>\n\n\n\n
Las noches previas a la carrera siempre eran diferentes. A veces llev\u00e1bamos casa de campa\u00f1a y saco de dormir, otras veces se rentaba una caba\u00f1a para pasar la noche. Sin embargo, hubo una vez que el staff, incluidos nosotros, nos dejaron pasar la noche en una biblioteca en el centro del pueblito. As\u00ed que entre libros, cajas de fruta, botellas de agua y dem\u00e1s cosas que se ocupan al d\u00eda siguiente en la carrera, nos acomodamos a dormir. Ah\u00ed fue cuando encontr\u00e9 una enorme sand\u00eda que ser\u00eda mi almohada esa noche. Ya adentro de mi saco de dormir, acomod\u00e9 mis piernas al lado de mi compa\u00f1ero fot\u00f3grafo y recost\u00e9 mi cabeza en la sand\u00eda. No fue muy c\u00f3modo que digamos, pero por una noche funcion\u00f3 bastante bien.<\/p>\n\n\n\n
Pasaron unas horas y fue momento de levantarnos y alistar nuestro equipo para comenzar la caminata hacia el bosque para encontrar el punto perfecto. Recuerdo muchos amaneceres en pleno bosque caminando yo sola con mi equipo en la espalda, con fr\u00edo, a veces con miedo de perder la ruta, pero con la adrenalina que te da una gran aventura.<\/p>\n\n\n\n
Una vez encontrado el lugar ideal, solo era cuesti\u00f3n de tiempo esperar a que comenzaran a llegar los corredores. Ver sus caras de esfuerzo y felicidad era lo m\u00e1s incre\u00edble. Siempre me sal\u00edan palabras de aliento para decirles que estaban cerca de la meta, incluso una vez le regal\u00e9 un Gatorade que tra\u00eda para mi regreso a un se\u00f1or que ya no pod\u00eda m\u00e1s. Muy agradecido lo tom\u00f3 y pudo continuar su recorrido, estoy segura que ese Gatorade le sirvi\u00f3 m\u00e1s a \u00e9l que a m\u00ed; yo no estaba haciendo tanto esfuerzo como \u00e9l que ya llevaba 30 km corriendo, subiendo y bajando colinas. No volv\u00ed a ver al se\u00f1or en la meta, pero quiz\u00e1 termin\u00f3 bien su recorrido.<\/p>\n\n\n\n
Las frutas las llevaban para ofrecer en ciertos puntos de abastecimiento donde los corredores se deten\u00edan a tomar un pedazo de sand\u00eda, naranja o un poco de agua. Aunque muchos corredores llevaban mochilas con agua, geles y comida especial para ir comiendo mientras corren, siempre era bueno tener ese extra a la mano, as\u00ed que quiz\u00e1 alguien se comi\u00f3 un pedazo de mi almohada durante la carrera. <\/p>\n\n\n\n
Al terminar de pasar los corredores y haber tomado fotos de todos, comenzaba a caminar hacia la meta. A veces encontraba gente rezagada en el camino y nos hac\u00edamos compa\u00f1\u00eda hasta la meta. Una vez llegando a la meta, tambi\u00e9n tomaba fotos de los corredores. Esas fotos eran muy emotivas; a veces su familia los esperaba con un abrazo, a veces se rend\u00edan en la meta y agradec\u00edan el haber llegado, les colocaban su medalla y felices se encaminaban a un merecido descanso.<\/p>\n\n\n\n
Para nosotros como fot\u00f3grafos el trabajo no terminaba ah\u00ed, hab\u00eda que editar todas las fotos y subir a la plataforma de venta en orden para poder venderlas, pero era un trabajo incre\u00edble. A veces nos tocaba lluvia y lleg\u00e1bamos cubiertos de lodo, en otras ocasiones hac\u00eda mucho fr\u00edo y al estar esperando sola en el bosque me congelaba. Otras veces a medio d\u00eda hac\u00eda much\u00edsimo calor y no hab\u00eda donde refugiarse del sol, otras terminaba con much\u00edsimo polvo por la terracer\u00eda. <\/p>\n\n\n\n
Regresar a la meta con la c\u00e1mara en mano y seguir tomando fotos despu\u00e9s de la larga caminata y sin tanta condici\u00f3n f\u00edsica como los participantes era muy cansado. Sin embargo, recuerdo esos momentos muy feliz de haber vivido grandes experiencias en las monta\u00f1as, r\u00edos, bosques y caminos de los pueblitos m\u00e1gicos de M\u00e9xico.<\/p>\n\n\n\n
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Estudio<\/a><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"